Después de un viaje de 10 horas solamente con Carlos Collado de compañero, en el que no planeamos más que tener ganas, tantas que ni pudimos dormir antes del viaje, a las 4 de la mañana pasé a su casa y me recibio con un "¡No he dormido!", valió mucho la pena, al llegar nos esperaban unas tortas ahogadas y cervezas frias, con lo que se nos olvidó por un rato el cansancio. A toda madre la gente que conocí, muchas gracias a todos por su entusiasmo y dedicación para que todo saliera bien. Sé de gente que no pudo ir por que no encontró compañero para rodar o no resolvio lo del remolque, espero que para el año entrante en Morelia no suceda lo mismo y así seamos más. No soy mucho de tomar fotos además que no salieron muy bien las que tomé , subo este video, seguro hay mejores pero bueno, aquí estan.
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